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8 de octubre de 2006

Alonso obra el milagro

Fernando Alonso se ha impuesto en el Gran Premio de Japón, penúltima prueba del calendario celebrada en el Circuito de Suzuka, tras el abandono del alemán Michael Schumacher por rotura del motor cuando rodaba en primera posición.

El piloto español ha dado hoy un golpe de autoridad en el trazado de Suzuka que deja en sus manos conseguir el Mundial de Fórmula 1. Su victoria, cimentada en su sensacional carrera y en el abandono de Schumacher cuando lideraba la prueba, le permite encarar la última cita del calendario con diez puntos de ventaja sobre el alemán.

A Alonso, que afrontaba la carrera envuelto en la polémica suscitada por los sucesivos errores de Renault en los repostajes, le basta ahora con puntuar en el Gran Premio de Brasil el próximo día 22 de octubre para revalidar el título, un marco que pocos esperaban antes de la prueba nipona.

En Suzuka, el piloto español basó parte de sus opciones de progresar en carrera en hacer una buena salida, pero encontró la oposición de Ralf Schumacher, que le impidió situarse a continuación de los dos bólidos rojos, claros dominadores en las sesiones de entrenamiento.

El asturiano adelantó sin excesivas complicaciones a Jarno Trulli, que continúa siendo un blanco asequible para los grandes en los momentos importantes, y se dispuso a pelear con el menor de los Schumacher para impedir la marcha de los Ferrari.

A Schumacher, Michael esta vez, le facilitaron el trabajo de salida tanto su hermano como su compañero, Felipe Massa, que a la tercera vuelta consintió ser adelantado por su superior sin oponer excesiva resistencia. De esta forma el panorama quedaba despejado para el alemán, que veía a su gran rival por el retrovisor y contaba con el estimulante añadido de que, un error de éste, le dejaría el título en bandeja.

Sin embargo, en la vuelta doce, Alonso hizo gala de su insólita pericia para adelantar en los rincones más insospechados y sobrepasó al piloto de Toyota en la gran recta de Suzuka.

Esta acción, que debía acaecer tarde o temprano, se vio acompañada por el ingreso en boxes de Alonso y Massa, del que salió mejor parado el español. Una vez más, frente a frente quedaban los dos aspirantes, los que han hecho de este Mundial su particular campo de batalla.

Durante gran parte de la carrera, el siete veces ganador del Mundial y el vigente campeón se midieron en una persecución en la que el último le fue recortando terreno a su rival.

Y entonces, a 17 vueltas del final, sucedió el hecho que puede marcar el campeonato. Del bólido de Schumacher comenzó a brotar un humo blanco que indicaba que el germano estaba fuera de juego y se despedía de diez puntos cruciales.

Alonso tomó el mando de carrera y lideró la misma hasta ver la bandera a cuadros. Sin sobresalto alguno. Su entrada en la línea de meta, secundado por Massa y por el cuestionado Giancarlo Fisichella, significaba mucho más que su séptima victoria del año y la decimoquinta de su carrera.

El segundo puesto que ocupaba Alonso en el tramo central de la prueba podría haber sido catalogado de positivo a tenor de lo que apuntaba la parrilla de salida, pero nunca de sensacional, como son el primer puesto final y, como no, el abandono de su gran rival.

Así las cosas, sólo un triunfo de Schumacher y un abandono de Alonso, o bien una pésima carrera en la que no puntuase el español, pueden privar al ovetense de despedirse de Renault con su segundo Mundial.

Fuente: Europa Press

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